sábado, 9 de febrero de 2019

CERRO DEL INDIO:


Siguiendo con nuestro viaje por la hermosa ruta 40, llegamos hasta Bajo Caracoles. Este lugar está formado por un pequeño grupo de viviendas, un puesto policial; un Juzgado de Paz; una escuela primaria; un puesto medico con un doctor y una enfermera al cual nos dirigimos apenas llegamos, debido a que mi señora se había insolado. Esa noche nos quedamos a dormir en el auto.
La primera edificación que se construyo en esta zona es un parador hospedaje y multirubro construido con piedras de la zona talladas por un artesano yugoslavo hace muchos años, si no me equivoco el mismo que construyo las estafetas postales  junto a las líneas férreas que unían Puerto Deseado con Las Heras. La primera vez que lo pise tuve la sensación de entrar en una antigua pulpería por su ubicación desolada y a gran distancia de los pueblos vecinos que son Gobernador Gregores a 226km., Perito Moreno a 129 km. y Lago Posadas a 95 km. y al igual que estos antiguos lugares podemos encontrar elementos de regalaría como cuchillos de campo, calcamonias, mates llaveros, en la parte de despensa hay todo tipo de alimentos, también algunas cosas básicas de ferretería, camisa para faroles, alpargatas, tabaco, gas para encendedores también es confitería y bar anexo expendió de combustible.
Por la mañana bien temprano cargamos nafta y pedimos agua caliente para tomar unos mates y adentrarnos en el camino de tierra que nos lleva hacia Lago Posadas. El trayecto es de 95 km y apenas salimos de Bajo Caracoles encontramos algunos guanacos y sus crías “chulenguitos”, que para asombro nuestro había uno albino, el camino es de ripio con zonas de piedras sueltas algo grandes y serrucho. También como todas las rutas de montaña algunas subidas pronunciadas y curvas que no tienen banquina solo precipicio de varios metros pero no es lo importante sino el paisaje que nos acompaña.









El avistaje de fauna patagónica como un zorro gris, que nos sonríe en la cresta una loma, también si no me equivoco es un aguilucho patagónico que se encuentra tomando sol al reparo de una mata de calafate, kilómetros más adelante encontramos a un ñandú o “choique” con varios charitos.












En otra ocasión que fuimos a Lago Posadas nos dijo don Horacio, el dueño del camping en el que nos quedamos siempre que vamos, que para ir hasta el cerro del indio ahora había que pedir autorización en la estancia ya que alguien había bandalizado las pinturas rupestres y que ya no sería de acceso público, lo que nos puso muy triste ya que ciertas personas no respetan el valor cultural e histórico de estas representaciones.
En este lugar, a diferencia de cueva de las manos, existen otro tipo de técnicas utilizadas por los antecesores de los tehuelches. Petroglifos que consiste en grabar en la piedra y luego pintan sobre estas. Asimismo encontramos una representación más amplia como un mapa donde se podría identificar un lago, un cordón montañoso, posibles caminos y  una cacería de animales.


                                                                            Petroglifos
                                                                                   Petroglifos
                                                                          Petroglifos

                                                                               Petroglifos


                                                                  Patas de "choique".








Como suponemos que lo que pintan es algo cotidiano en sus vidas acá, encontramos en la parte media de una roca, casi cubierta y difícil de ver, la representación de un milodon. Que sabemos de su existencia en la zona de Chile ya que encontraron restos de piel bien conservada y algunos huesos de un milodon los cuales existieron hace 14 mil años, en una cueva a unos 24 km. al norte de la localidad de Puerto Natales.



Cuando el sol alumbra la parte del cerro que se levanta como una cresta toma una coloración bien rojo sangre que me hace pensar si no es la sangre que se derramo de los aborígenes cuando los fueron cazando en la época de “la conquista del desierto” como la llamaron para apropiarse de las tierras y dárselas a los hacendados extranjeros que llegaron más tarde y llevaron a la extinción de este pueblo tan sabio.

Grandes paredes como escamadas, casi toda la roca, es de una tonalidad rojiza. El caminito que se encuentra pegado a la pared sortea grandes trozos de rocas que en algún momento se desprendieron del cerro.


En uno de los costados hay un arroyo con algo de caudal que se incrementa cuando es la época de des hielo, con muchas rocas de distintos colores y algunas con unas figuras muy llamativas.

Y del otro lado se ubica el casco de la estancia “Cruz del Sur”, que tuvimos la suerte de poder recorrer también.




En esta foto se puede ver marcas circulares a gran altura a unos 15 metros aproximadamente, se cree que los jóvenes practicaban y competían para ver quien llegaba más lejos arrojando las boleadoras.



En esta imagen se parece a un rostro hay que ubicarse a cierta distancia y según el ángulo podemos verlo claramente.



En esta foto se puede ver que las rocas son muy lisas y brillosas si la quieren trepar y el calzado no tiene una buena suela que se agarre se van a resbalar y no podrán lograrlo.

Desde la cueva del cerro del indio se puede observar el pueblo y mas haya el Lago Posadas y la península que lo divide del Lago Pueyrredon, al fondo las grandes montañas con sus picos nevados invitan a perderse en su bello paisaje y compartirlo con quienes hace miles de años poblaron este lugar.  










                                                               “CUEVA DEL PUMA”

La cueva del puma se encuentra en cercanías del Lago Posadas a pocos km del casco de la estancia “La Costosa”, al borde de una laguna seca donde se asoman estas rocas muy grandes como apoyadas entre sí. Reflexionábamos con mi señora acerca del nombre de este lugar “LA CUEVA DEL PUMA” ¿Se lo habrán puesto por que estos animales se refugian aquí? Obtuvimos la respuesta mientras mirábamos las pinturas y dando vueltas alrededor de este roquerio. Observamos una especie de alero que protege del viento, con arena suelta y una buena visibilidad si alguien se acerca, en la cual había gran cantidad de huesos y esqueletos completos de animales, lo que nos confirma la existencia de pumas que utilizarían el lugar para consumir sus presas. La gente de Lago Posadas nos recomendó los  horarios  prudentes para recorrer la zona, a partir de las 19hs ya no es seguro ya que esta especie suele cazar en horarios nocturnos. Don Horacio, dueño del camping que se encuentra en la entrada del pueblo, nos comentaba que hay épocas que se acercan a los tachos de basura y los perros se alborotan dando aviso, por lo que efectúan algunos tiros al aire y se espantan. Mientras nosotros estábamos muy compenetrados mirando cada recoveco de estas rocas, alguien nos observaba. Logré fotografiar al curioso, era un piche. Me fui acercando, por lo que corrió un poco y se agacho entre las matas para que no lo vea como acostumbran a hacer, en otro tipo de terrero podría escarbar y mimetizarse con el paisaje pero no en la cueva, ni sus poderosas garras pueden penetrar las rocas.




Las pinturas rupestres aquí se encuentran algo mas desgastadas por el viento y las lluvias ya que no le da el mismo reparo que en el cerro del indio.







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