El
alcance de la luz emitida por el faro es
de 44km que a los marinos reconforta y da tranquilidad mostrando la cercanía de
la costa , porque actualmente se navega con aparatos electrónicos o ubicación
satelital, que en caso de fallar el instrumental tendrían una referencia de la
distancia a la costa.
En este Cabo también se produjo el primer asentamiento español llamado “La ciudad de Nombre de Jesús”, sin embargo los habitantes no sobrevivieron debido a las inclemencias del clima y por falta de provisiones causando que se enfermaran y murieran, dejando solo un sobreviviente quien fue rescatado por el corsario Andrew Merrick, lamentablemente éste no llego con vida a Inglaterra.
En la actualidad el camino es de ripio, con algunos serruchos que permiten una velocidad entre 30 y 40 km por hora logrando llegar como máximo en algunos tramos a 60 km por hora. Aprovechamos que el clima era calmo casi sin viento y bastante calor para lo que estamos acostumbrados acá en el sur, mientras avanzamos tomamos unos mates amargos. El paisaje es agreste con poca vegetación y casi sin matas, se pueden observar zorros, guanacos y ñandúes, también existen otras especies que no tuvimos la oportunidad de ver en este viaje piches, zorrinos, etc..
Por varias entradas entre las matas desde el mar caminan los pingüinos hasta los nidos y regresan por otro camino son muy ordenados no se cruzan. –
En
este punto observo el contraste de la naturaleza rodeada de plataformas
petroleras, barcos y chimeneas de venteo (son las que “alivian” la presión del
gas extraído en la zona) insertos en las abundantes matas que dan reparo del viento a los nidos. Los
pingüinos son muy curiosos se acercan a observarnos de cerca. Esto me permite
notar cierto estado de salud que nunca había visto, los pingüinos estornudan y
parecen congestionados. Durante el recorrido, también noto que hay unos 20
especímenes muertos sin marcas de ser depredados. Me voy preocupado. Más tarde,
en el Parque Nacional Monte León observo las mismas características pero más
acentuadas y la población notablemente disminuida.
Cruzando por debajo del alambrado para verme de cerca.-
Me observa detenidamente parece quisiera saludar. :)
Inmediatamente después de realizar este recorrido, nos dirigimos al tan famoso faro. Al llegar divisamos el cartel que indica el Km 0 y que da inicio a la Ruta 40. Nos tomamos la obligada foto y trepamos hacia el faro. El museo está cerrado porque llegamos tarde, pasadas las 18h. pero no deja de ser impresionante la vista desde ese punto panorámico. Observamos una cafetería llamada “Al fin y al cabo” que se encuentra cerrada, suponemos que por la pandemia. Es surrealista ver su construcción de frente al mar y soportando vientos fuertes al borde de un acantilado tan pronunciado.
Mojón
con fecha del año 1945 supongo alguna medición realizada o capaz la instalación
de la antena.-
En el camino de retorno pasando el casco de la estancia “El Cóndor” que, cabe destacar, parece un oasis en medio de tanta estepa árida. Su inmensidad y prolijidad en su cuidado nos impresiona. Tomamos más fotos y continuamos el camino para encontrarnos con una tropilla. Estos cruzaban el camino con algunos potrillos que, como todo “cachorro”, se divertían corriendo y cruzando de lado a lado la ruta y después pegándose a la madre para que los proteja. De fondo el cielo tomaba tonalidades rojo, naranja, amarillo y se podían escuchar las bandurrias junto con los relinchos.
Parte de la tropilla que cruzamos pasando el casco de la estancia “El Cóndor”.-Ovino de la estancia "El Cóndor".-
En nuestro retorno hacia Río Gallegos el cielo se torna rojizo con las nubes con formas raras, comienza a caer la noche y aparece la luna llena también muy roja para luego tomar un color amarillo.