martes, 21 de enero de 2020

PUNTA BANDERA: (Cerca de El Calafate)


Este pequeño pueblo se encuentra en el Departamento Lago Argentino a unos 45 km de la localidad de El Calafate, a orillas del Lago Argentino.-
Yo viví dos años en este pueblo mientras cursaba sexto y séptimo grado en la escuela rural, me alojaba en la casa de la señora Celina Echeverria que era la portera y cocinera de la misma.
A esta escuela, concurrían algunos alumnos provenientes de la estancia Cerro Buenos Aires que se encuentra a unos 7 o 10 km. aproximadamente. La jornada daba inicio a las 09 hs. de la mañana, previo izar la Bandera, se almorzaba al medio día y luego se seguía estudiando. Posteriormente, tomábamos la merienda y el horario de salida era a  las 17 hs o 18 hs. no recuerdo bien.


Carretas de ubicadas en la entrada de la Estancia Cerro Buenos Aires.-
Puesto de la estancia Cerro Buenos Aires ubicado frente a Punta Bandera.-

 Doña Celina se dedicaba a hacer dulce de leche casero ya que era dueña de 4 o 5 vacas  que tenían terneros. Las ordeñábamos todos días bien temprano, daban unos 5 litros de leche por vaca,  la gente del pueblo venia a comprar con ollas o jarras y el resto de la leche se hacía dulce de leche.
En la época del ruibarbo  hacia dulce, lo extraía de la quinta que tenia pegada a la casa. También hacia dulce de otras frutas que le traían o cambiaba por otros productos. Yo colaboraba cuando se juntaba suficiente crema de leche, mi labor consistía  en batir y preparar la manteca casera.

Caballos en los campos de la estancia Cerro Buenos Aires, cerca del puesto.-

Doña Celina  preparaba el almuerzo y postres para los alumnos. De la cena también se ocupaba pero para esta ocasión teníamos un invitado extra, que era el encargado de la Usina. Todos estos alimentos eran preparados en cocina a leña, lo cual agregaba un particular sabor que aún recuerdo y del cual estoy seguro que quien haya atravesado esa experiencia me entiende. En el patio había una gran pila de tacos de madera y varios troncos secos grandes para cortar. Entre el aroma a madera fresca y con el cerro Buenos Aires con sus cumbres nevadas, solía ayudar a cortar esa leña con el hacha. A mi memoria vuelve la imagen de unos gusanos de leña robustos y blancos que seguramente se convertirían en la cena de los pintorescos carpinteros.

Barco fuera de servicio.-
Puesto policial de Punta Bandera.-
             Vista panorámica del del puerto Soledad.-
Otra anécdota que evoco es que cuando doña Celina hacia postre o flan para los chicos de la escuela, lo dejaba enfriando en el cerco y tenía una vaca que fue criada  “guacha” (es decir sin madre) y andaba siempre cerca de la casa. El animal solía seguirnos a todos lados. En varias ocasiones que nos olvidábamos de cuidar el postre, la vaca nos lo recordaba asomándose por la ventana con la trompa toda amarilla relamiéndose. Esos días se comía  fruta gracias a la vaca.


Aparte del gallinero, también tenía dos sectores de quinta uno para lechuga, arvejas, habas, repollo, zanahoria, perejil, cebollita de verdeo y otras más. Y un sector más grande donde se plantaba papas.

Lindante al terreno de la escuela y de Doña Celina se encontraba la empresa “Paraíso” que hace viajes lacustres  que salen de El muelle Soledad a unos kilómetros de la localidad. 


En el predio de la empresa existía una cucha de perros con un alambre muy largo y atada a una cadena gruesa “Eva” la puma que fue criada de cachorro y parada obligada de los colectivos repletos de turistas que no dudaban en fotografiarla.

A veces solía darles un susto al fotógrafo que emocionado se acercaba y concentrado en la toma y acercamiento de zoom, no se percataba de la distancia y “Eva” le saltaba a modo de diversión quedando sentado en el suelo. Su asombro se reflejaba en la palidez y ausencia de palabras de aquel curioso foráneo. 
Antigua lancha de Parques Nacionales.-
Hermosa la lancha que pertenecía a Parques Nacionales.-
En ocasiones se soltaba, casi siempre de noche, y se dirigía al gallinero de la señora en la que yo me hospedaba durante el año escolar.

Nos despertaba el revuelo de las gallinas, patos y gansos, que corrían atontados  sin saber bien adonde, “Eva” como haciendo una caricia con sus garras las partía en dos o desnucaba. Yo creo que jugaba porque estaba bien alimentada pero al ver que corrían solo cazaba.  A penas la veía corría a avisar a los encargados de la empresa para que la vengan a buscar, al día siguiente de almuerzo teníamos caldo de gallina o estofado con ganso o pato según lo que haya cazado “Eva” en la noche.
Solía aparecer algún empleado de la empresa a cortar leña en forma de pago por los daños provocados por “Eva”.

 Vista del arco de Ingreso al muelle de Parques Nacionales.-

Muelle de Parques Nacionales.-
Todas las tardes encerraba los terneros así las vacas podían juntar leche y a la mañana siguiente las ordeñábamos. Un día cuando encerraba los terneros ya de unos 4 o 5 meses con mucha fuerza, uno de ellos tenía un laso trenzado y le di una vuelta a la cintura e hice varios nudos porque no se apretaba y frenando con el cuerpo lo llevaba hasta el galpón pero me tropecé y caí arrastrándome varios metros, dándome patadas en la frente.
El pueblo tenia luz que proveía Servicio Públicos a partir de las 18 hs a 00 hs. no había mucho para hacer, o escuchabas la radio o leías antes de dormir.
Había un arroyo que corría frente a la capilla, pasando frente a la casa y se dirigía hacia el lugar donde estaba “Eva”, a veces los gansos  nadaban en ese arroyo y cuando estos animales están en selo suelen alejar o enfrentar, a todo el que se acerque. Al realizar esta acción frente a la puma, ésta les daba un zarpazo dejándolos en un estado calamitoso. Esa noche cenábamos ganso.


Capilla de Punta Bandera.-
También recuerdo un par de lagunas de gran tamaño cercanas al pueblo con juncos y en la que en invierno se podía andar en trineo.

Cerca, entre la Usina y la casa de doña Celina, se ubicaba la única capilla que abria sus puertas solo los domingos y en ocasiones especiales como casamientos o bautismos y para la cual viajaba desde El Calafate el cura párroco. En la casa enfrentada a la capilla la familia que vivía ahí se encargaba de limpiar y mantener la parroquia  y era donde cocinaban pan y el pueblo compraba.
Recuerdo a un empleado de la Usina, el cual era joven y vivía con su esposa e hijo  en una casa cerca. En el invierno íbamos a la laguna, el en su moto y yo en mi trineo. Solía impulsarme con una soga que tomaba en mis manos y el otro extremo atado a la moto. Como era de suponer lograba alcanzar grandes velocidades y a su vez debía esquivar alambres que emergían del hielo o estos podrían hacerme frenar de golpe y provocar una caído estrepitosa. 

 Lanchas de Prefectura Naval Argentina en el muelle Soledad.-
Por las tardes solía jugar al fútbol con la gente del destacamento de Prefectura Naval Argentina. Cuyo destacamento se encuentra en Punta Bandera desde el año 1978 y su función es brindar la seguridad y controlar toda embarcación que navegue en los Lago Argentino, Viedma y San Martín.
Otro de los recuerdos que tengo es del sobrino de doña Celina. El llegaba en un camión Dodge con caja de madera para ganado y tenía un barquito, con el que cruzaban a la parte del frente de Punta Bandera dentro del Parque Nacional pasaban un par de días o más y carneaban vacas salvajes.
Parte de la historia de Punta Bandera es el aserradero, en el que mi viejo trabajo y me contaba que bajaba vigas desde la montaña cerca del glaciar Perito Moreno. Hace años que se cerró el aserradero quedaba el galpón y no sé si alguna maquinaria.

Esta imagen es en el primer viaje con un R-12 y nos toco agua nieve.-
Imágenes del muelle con catamaranes y el cielo cerrado por que caía agua nieve.-
Vista de la bajada de Miguez todo nevado viajando con el R-12.-
Un amigo que se acerco a saludar y le convidamos pan.-
Como notaran, son muchas las anécdotas que afloran de este bello lugar y por ese motivo significó tanto para mí volver después de 26 años y junto a mi hija.

A mediados de julio del año 2013 llegamos con el primer auto que utilice para viajar un R12  y nos sorprendió agua nieve en el camino por lo que no pudimos ingresar al Parque Nacional ya que para estas condiciones climáticas se exigen cadenas por lo cual mi hija no pudo conocer el Glaciar Perito Moreno. Al encontrarnos cerca le propuse conocer Punta Bandera,  al pueblo lo encontré algo mas abandonado  la escuela no estaba funcionando y las casas y predios se encontraban más  deteriorados.
Otro cambio que observe es el muelle nuevo con muchos catamaranes para el turismo, cuando yo vivía ahí eran 3 lanchas turísticas y unas 3 de Prefectura Naval Argentina. El muelle de Parques Nacionales ya existía cuando yo viví ahí al cual me detuve a sacar algunas fotos.
Aun viéndolo tan abandonado sigo creyendo que es bellísimo lugar. En enero del año 2015, ya teníamos otro vehículo un FIAT Duna y volvimos  esta vez con mi hijo para que conozca donde pase  un par de años de mi infancia, en esta ocasión nos toco unos días hermosos de calor y el cielo despejado, se podían observar las imponentes montañas  que rodean el lugar, muchos recuerdos me surgieron. Es por ello que quiero compartirlo con Ustedes y los invito a conocer este lugar.


Imágenes tomadas enero del año 2.022.-


Flamenco.-

Puerto Soledad.-

Lancha que pertenecía a Parques Nacionales.-








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